Oscar Wilde en La decadencia de la mentira hace una crítica sobre el arte entendido como imagen de la realidad, como fotografía y consecuencia de lo cotidiano. A través de dos personajes, Cyril y Vivian veremos esta crítica. Cyril está a favor de que el arte es el reflejo de la sociedad, de la vida y de nuestro tiempo. Vivian en cambio, piensa que la naturaleza y la vida copian al Arte y que éste sí es auténtico. El arte no es copia de nada sino de si mismo. A través de Vivian Wilde denuncia como la cotidianidad se ha apoderado de las diversas formas de arte y de cómo se ha de volver a la ficción, al mito y al engaño para recuperar la esencia del arte. Lo que Platón denuncia sobre las fábulas en el libro II de La República es lo que Wilde reivindica. Por lo tanto el arte no puede ser imagen de la realidad sino todo lo contrario, como generadora de realidad. “El arte se desenvuelve únicamente sobre sus propias trazas”. El arte debe partir de él mismo, del artista a partir de cómo entiende él la realidad. “Ningún gran artista ve jamás las cosas como son”. Es desde ese momento en el que nosotros debemos realizar un trabajo de descodificación para entenderlo y llevarlo a nuestra realidad particular y comprensión. Además de todo esto, no es que el Arte no copie a la vida y la naturaleza sino que de algún modo es ésta la que copia al Arte. Un ejemplo de esto es cuando a través de alguna historia de ficción ha generado personas que recreaban esa ficción como por ejemplo de asaltador de caminos. Es en ese momento en cuanto la realidad copia al arte. Porque la naturaleza es tal como es pero sólo a través del artista que ve las cosas a través de su estilo como si de un filtro se tratara y después es la realidad la que se adecua al arte o visión del artista. “Es el estilo lo que nos hace creer en las cosas; nada más que el estilo”. Hubo un tiempo en que el Arte partía del engaño, del mito, de la exageración y de la fantasía. Después se le fueron introduciendo elementos de realismo que por si solos daban riqueza a la obra. El problema vino después cuando el realismo expulsó a la ficción del Arte y la concepción del arte pasó a convertirse en caracterización de la cotidianidad. Por tanto, el Realismo como movimiento artístico es un completo fracaso porque no consigue reflejar a la Vida y la Naturaleza sino que termina en un estilo carente de imaginación, aburrido y decadente. El único modo de generar Arte es pasar por la convenciones del artista. “En el momento en que el Arte abdica de su medio imaginativo abdica de todo”. Llegamos a la conclusión de una nueva estética que pasa por volver a la ficción, al arte como medio independiente de la realidad y generadora de realidad. Por lo tanto, esta nueva estética que define Wilde se puede resumir en tres puntos: primero, que el Arte no es reflejo de su época sino de si mismo y en algunos casos incluso de oposición a ella; segundo, el arte malo como el Realismo proviene de convertir a la Vida y la Naturaleza en ideales y quitar de ellos todo rastro de imaginación; tercero y último, que la Vida imita al Arte más que no al contrario y los efectos que podemos ver en la Naturaleza los hemos visto antes en la poesía y en la pintura.
La canción de Sofía
La canción de Sofía es un blog dedicado a la reflexión y al pensamiento sin ánimo de lucro.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Oscar Wilde. La decadencia de la mentira
Oscar Wilde en La decadencia de la mentira hace una crítica sobre el arte entendido como imagen de la realidad, como fotografía y consecuencia de lo cotidiano. A través de dos personajes, Cyril y Vivian veremos esta crítica. Cyril está a favor de que el arte es el reflejo de la sociedad, de la vida y de nuestro tiempo. Vivian en cambio, piensa que la naturaleza y la vida copian al Arte y que éste sí es auténtico. El arte no es copia de nada sino de si mismo. A través de Vivian Wilde denuncia como la cotidianidad se ha apoderado de las diversas formas de arte y de cómo se ha de volver a la ficción, al mito y al engaño para recuperar la esencia del arte. Lo que Platón denuncia sobre las fábulas en el libro II de La República es lo que Wilde reivindica. Por lo tanto el arte no puede ser imagen de la realidad sino todo lo contrario, como generadora de realidad. “El arte se desenvuelve únicamente sobre sus propias trazas”. El arte debe partir de él mismo, del artista a partir de cómo entiende él la realidad. “Ningún gran artista ve jamás las cosas como son”. Es desde ese momento en el que nosotros debemos realizar un trabajo de descodificación para entenderlo y llevarlo a nuestra realidad particular y comprensión. Además de todo esto, no es que el Arte no copie a la vida y la naturaleza sino que de algún modo es ésta la que copia al Arte. Un ejemplo de esto es cuando a través de alguna historia de ficción ha generado personas que recreaban esa ficción como por ejemplo de asaltador de caminos. Es en ese momento en cuanto la realidad copia al arte. Porque la naturaleza es tal como es pero sólo a través del artista que ve las cosas a través de su estilo como si de un filtro se tratara y después es la realidad la que se adecua al arte o visión del artista. “Es el estilo lo que nos hace creer en las cosas; nada más que el estilo”. Hubo un tiempo en que el Arte partía del engaño, del mito, de la exageración y de la fantasía. Después se le fueron introduciendo elementos de realismo que por si solos daban riqueza a la obra. El problema vino después cuando el realismo expulsó a la ficción del Arte y la concepción del arte pasó a convertirse en caracterización de la cotidianidad. Por tanto, el Realismo como movimiento artístico es un completo fracaso porque no consigue reflejar a la Vida y la Naturaleza sino que termina en un estilo carente de imaginación, aburrido y decadente. El único modo de generar Arte es pasar por la convenciones del artista. “En el momento en que el Arte abdica de su medio imaginativo abdica de todo”. Llegamos a la conclusión de una nueva estética que pasa por volver a la ficción, al arte como medio independiente de la realidad y generadora de realidad. Por lo tanto, esta nueva estética que define Wilde se puede resumir en tres puntos: primero, que el Arte no es reflejo de su época sino de si mismo y en algunos casos incluso de oposición a ella; segundo, el arte malo como el Realismo proviene de convertir a la Vida y la Naturaleza en ideales y quitar de ellos todo rastro de imaginación; tercero y último, que la Vida imita al Arte más que no al contrario y los efectos que podemos ver en la Naturaleza los hemos visto antes en la poesía y en la pintura.
Electra de Sófocles
CONTEXTO HISTÓRICO Y
ANÁLISIS:
La Electra de Sófocles
tiene una estructura que será modélica para el teatro universal en
cuanto a la división de la trama. A partir de esta estructura
Sófocles nos introduce en el oscuro reino de los muertos y de las
divinidades infernales como son Hades y su esposa Perséfone, de las
Furias llamadas Erinias o Euménides y del Hermes infernal que guiará
los pasos de Orestes hasta lograr su objetivo, vengar la muerte de
Agamenón. Hay una alusión constante de estos personajes en la
tragedia. Incluso el palacio donde se desarrollan los hechos, el
palacio real de los Átridas ubicado en la acrópolis de Micenas, en
su interior es donde murió Agamenón y donde morirán sus asesinos.
Pero ya anterior a estos hechos este palacio había sido testigo de
varios crímenes como el de Atreo, que mató a los hijos de su
hermano Tiestes y se los sirvió en un banquete como venganza por
acostarse con su esposa Aérope. Nos encontramos en el lugar perfecto
para una venganza. Sófocles representa el momento de mayor esplendor
de la sociedad ateniense en la segunda mitad del siglo V a. C y
escribe su Electra en torno al 418 a. C sin que se sepa del año
exacto de su estreno.
El conflicto en la obra se
nos presenta desde el principio pues hay un asesinato no vengado de
Agamenón y se exige una venganza que calme al espíritu del muerto y
restituya su honra. El encargado de esta misión será su único hijo
varón Orestes a través de una trampa, un engaño, tal como hicieran
con su difunto padre. Después de estos hechos será perseguido por
las Erinias que le hacen enloquecer. Finalmente, por consejo del
oráculo de Delfos se presentará delante del tribunal de Areópago
de Atenas que lo absuelve y hace que se retiren la Erinias, aunque
eso ya es otra historia.
jueves, 15 de agosto de 2013
Hamlet de William Shakespeare
William Shakespeare
Hamlet
Se ha escrito mucho sobre la
obra más famosa y más representada de Shakespeare. Mi intención no
es por tanto empezar un estudio pormenorizado de la obra sino la de
hacer unos comentarios desde un punto de vista filosófico de esta
representación y de los personajes y sus comportamientos. Sin
embargo, a modo de introducción vamos a realizar un resumen del
argumento de la obra. La escena empieza cuando el espectro del rey de
Dinamarca y padre de Hamlet se le presenta y le relata los hechos de
su muerte que no son otros que el asesinato por parte de su hermano,
tío de Hamlet y actual monarca que además, al poco de su muerte
contrae matrimonio con Gertrudis, reina de Dinamarca y madre de
Hamlet. Se nos habla de que ya Hamlet no estaba muy contento con el
enlace de su tío con su madre habiendo pasado tan poco tiempo desde
la muerte y entierro de su tío, apenas unos meses atrás. Sin
embargo, cuando se entera de lo sucedido por boca de su difunto padre
entra en cólera y urde un plan para tomar venganza del asesino. Así
que decide esperar hasta el momento propicio y así poder meditar la
mejor manera de actuar. Mientras tanto se hará el loco como medida
de distracción y para poder preparar el terreno. Sólo su mejor
amigo y servidor Horacio sabrá de toda su estratagema. Al principio
tanto el rey y la reina como Polonio, lord y fiel servidor del actual
rey creerán que la actitud desvariada de Hamlet viene por el rechazo
de las peticiones de amor de Ofelia, hija de Polonio. Al preparar una
cita entre ellos y poder escuchar desde un lugar escondido la
conversa entre ellos se dan cuenta de que sus preocupaciones no son
de amor aunque aun no están del todo seguros. Mientras tanto, una
compañía de comediantes llega a palacio y Hamlet les pide que
interpreten una obra para todos donde tendrán que introducir unas
lineas que Hamlet le da a uno de los actores y que representa de
manera fiel el asesinato de su padre. Esto lo llega a saber porque es
el espectro quien se lo cuenta al principio de la obra y explica como
mientras su padre dormía vino Claudio, actual rey de Dinamarca y le
introdujo un veneno por el oído provocándole una muerte
instantánea. Al llegar el momento de la obra en que representan la
muerte del rey, Claudio se ofende y se marcha pidiendo que termine
esa actuación. A partir de ahí todo se precipita. Hamlet habla con
su madre para culparla por el hecho de haberse casado tan pronto con
el hermano de su marido, que no es ni la sombra del lo que era el rey
Hamlet. Hamlet príncipe al escuchar ruidos de detrás de las
cortinas saca su espada y la clava a Polonio, el cual estaba
escondido para escucha la conversación entre ellos. Después de eso
el rey Claudio, la reina y dos supuestos amigos de Hamlet,
Rosencrantz y Guildenstern, intentarán convencer a Hamlet para que
embarque hacia Inglaterra donde secretamente en un plan pensado por
el rey hará que le maten al llegar allí. Sin embargo Hamlet, astuto
como él solo, llevará consigo un sello como el del rey y cambiará
la carta donde decía que se le tenía que matar por otra carta donde
dirá que maten a los portadores de esa carta que no serán otros que
los falsos amigos Rosencrantz y Guildenstern. Por otro lado, Hamlet
se dejará coger por los piratas pero volverá con estos a Dinamarca.
Al enterarse de la vuelta de Hamlet, Claudio y Laertes, hijo mayor de
Polonio, tramarán un plan para matar a Hamlet. Sin embargo, otro
hecho trágico, Ofelia muere ahogada y en su entierro aparece Hamlet
retando a Laertes sobre que el amor que sentía por ella iba mucho
más allá del que pudiera tener cualquier hermano. Organizarán un
duelo en el que a través de un mensajero y a petición del rey
Laertes reta a Hamlet a un combate con espada, pero en el cual la
Espada de Laertes tendrá veneno en la punta y Claudio echará
veneno en la copa de vino en la que tendrá que beber Hamlet. Después
de la intervención trágico-cómica de los sepultureros, la obra
llega a su momento culminante cuando en una sala de palacio donde se
reúnen todos para celebrar el duelo. Empieza el combate y ambos,
Hamlet primero y Laertes después se hieren con la espada de este
último. Laertes muere y Hamlet queda herido también. Al mismo
tiempo la reina brinda a favor de Hamlet con la copa que era para su
hijo y cae muerta a causa del veneno. Laertes antes de morir confiesa
que en su espada habían veneno y que él morirá junto con Hamlet y
acusa al rey de haber puesto el veneno en la copa que ha matado a la
reina. Antes de morir, Hamlet asesta un golpe a Claudio con la espada
y le mata. Antes de expirar, Hamlet pide a Horacio que sobreviva a
toda esa locura para que pueda contar al mundo los hechos allí
ocurridos. Mientras tanto, vienen de una expedición Fortimbrás,
príncipe de Noruega y los embajadores ingleses donde son testigos de
la matanza y donde Horacio le explica lo ocurrido y se compromete a
explicar todo los hechos y las intrigas allí sucedidas.
En esta tragedia el autor
nos deja ser testigos de cómo se suceden las intrigas unas tras
otras. A pesar de ser una obra del Renacimiento, no pierde un ápice
de originalidad pues hace un retrato perfecto de los peores vicios de
que la raza humana posee como son la venganza, la soberbia, la
avaricia, etc. Quizás una de las preguntas principales que vale la
pena hacerse a nivel filosófico, ético y de derecho es la
legitimación que tiene Hamlet de hacer lo que hace y de la manera
en que lo hace. Hasta qué punto es legítimo el derecho moral con el
que cree que debe vengar la muerte de su padre? Si bien es cierto,
una vez conoce los detalles del asesinato no estalla de ira ni de
manera inconsciente decide asesinar al rey sino que de manera
meditada prepara todos sus movimientos incluyendo el hacerse pasar
por loco para no levantar sospechas de sus acciones. Pero claro, como
en las tragedias griegas, aquí se ha cometido una injusticia y
necesita haber un resarcimiento, el muerto necesita ser vengado para
restablecer el equilibrio. En este caso quien hará de vengador será
el hijo del rey, Hamlet, quien se convierte en tal a petición del
espectro de su padre que no sólo ve él sino que al principio de la
obra los oficiales que vigilan el castillo son testigos de su
aparición y son ellos los que avisan a Hamlet de tal hecho. Con
todo, parece de justicia por lo dicho que Hamlet deba vengar el
asesinato de su padre y así Shakespeare argumenta en favor de esta
resolución. A diferencia de Hamlet, Polonio y Claudio el resto de
los personajes sólo parecen movidos por la complacencia por su
majestad el rey y la del príncipe, excepto quizás también Horacio,
que a pesar de servir fielmente a Hamlet también da su opinión
sobre algunos movimientos que hace el príncipe como el de enviar a
los dos falsos amigos Rosencrantz y Guildenstern a una muerte segura
y que él no está de acuerdo con eso.
Otro personaje interesante
desde mi humilde opinión es la de la reina Gertrudis, pues no está
claro o por lo menos la obra no lo deja ver hasta que punto es ella
consciente del crimen perpetrado por Claudio o no. No sabemos si
estamos delante alguien completamente inocente o por el contrario nos
encontramos frente a una Clitemnestra. En cualquier caso parece
evidente que ella no es partícipe de las maquinaciones de Claudio
porque sino no hubiera bebido de la copa envenenada que tenia que ser
para Hamlet. Aunque también es cierto que es comprensible que su
hijo la reprenda por haberse casado con Claudio habiendo pasado tan
pocos meses desde su muerte. Para terminar, cabe fijarnos en el
personaje de Claudio, el cual no duda en arrebatarle el poder a su
propio hermano vertiendo veneno en su oído. La figura de Claudio
representa las peores de las cualidades del ser humano como son la
avaricia, la codicia y las ansias de poder que le llevan a cometer un
asesinato. Es la figura del usurpador, del asesino que sólo puede
tener una contrapartida y es la del vengador que será Hamlet.
Momento emotivo cuando Hamlet al coger una clavera se pregunta sobre
el sentido de la vida y de la muerte, sobre el sentido de nuestras
acciones, pues pasado un tiempo todos hemos de acabar de la misma
manera. Todos nuestros deseos y motivaciones son solo para cuando
estamos vivos pero todo el esfuerzo que ponemos y el tiempo que
empleamos se ve absurdo si uno se da cuenta de que la muerte es
inexorable y no perdona a nadie. Cabe destacar que la obra de Hamlet,
más allá de este breve comentario, ha tenido y seguirá teniendo
muchos comentarios y muchas investigaciones las cuales exceden la
intención de este artículo y que es la de exponer algunos puntos de
vista personales que quizá y solo quizá puedan servir a alguien
más.
jueves, 25 de julio de 2013
Jean-Paul Sartre. La náusea
La
Nausea es
una novela donde nos encontramos con su protagonista, Antoine
Roquentin, un especialista en Historia que se encuentra hospedado en
un hotel en Bouville, un municipio imaginario de Francia, y en donde
el protagonista está interesado en la vida del Marqués de Rollebon.
Sin embargo pronto dejará de interesarle ese personaje porque
Roquentin se verá atrapado por una sensación de nausea que le
atrapará por completo. Acompañándole en la novela aparecerán
otros personajes relacionados con el pasado y el presente de Antoine
como son Anny, ex-pareja y ex-actriz de teatro de unos treinta años
como él y el Autodidacta, personaje que se encuentra en la
biblioteca y que tiene la costumbre de estudiar a los autores
alfabéticamente. Por un lado, Anny representa los recuerdos de un
relación pasada y de unos sentimientos que en cierta manera él
comparte pero que ella no deja de reprocharle la relación que
tuvieron en el pasado en la visita que ella
le
hace en Bouville. Por otro lado, el Autodidacta representa el
humanismo, un versión de humanismo que él detesta. Además, el
Autodidacta acabará siendo acusado en la biblioteca de pederasta al
ser atrapado 'in fraganti' por el vigilante al verle
haciendo
unas
caricias a unos alumnos que allí asistían. En la novela se tratan
muchos temas como son la muerte, el amor o la alienación de las
personas y en particular de los ciudadanos de Bouville así como de
sus autoridades más ilustres. Sin embargo, el tema más profundo que
trata Sartre en esta obra, en mi opinión, es el existencialismo, la
sensación de existencia desatada
por
una sensación de nausea que le viene al principio de manera puntual
pero que acaba aceptando y abrazando. Es una sensación de que por
desgracia se siente como un 'ens' existente. Al contrario que
Descartes, no pone en duda la existencia pero tampoco la da por
supuesta. No es sólo que exista y punto, sino que se da cuenta de
que la gente da por supuesto la existencia cuando esa existencia se
convierte en algo que le ahoga, en algo molesto y también en algo
que encuentra sin ningún sentido, ninguna finalidad. Somos seres que
existimos de manera temporal y que en algún momento dejamos de
existir, así como todo lo que existe pero que simplemente carente
de
finalidad
para su existencia. La gente cree en una serie dogmas que desde la
sociedad y desde la racionalidad nos han impuesto para poder
sobrellevar el día a día pero que si se mira con otro prisma se ve
que no tiene ningún tipo de finalidad, son meros existentes en el
tiempo para dejar paso al dejar de existir. Este sentirse existente
lleva consigo una angustia y una desesperación pues no es posible no
existir, aunque si dejar de existir sin que
eso
no impida que
se haya existido y que todo lo demás exista de manera total. Si
estamos abandonados de toda finalidad también estamos abandonados de
cualquier principio que nos quieran imponer y que sean considerados
como absolutos. En cualquier caso, los principios que nos hagamos
serán realizados por uno mismo y en relación con las demás
personas. Somos responsables de nosotros mismos. De la misma manera,
Antoine Roquentin considera el tiempo como un continuo presente en el
que los recuerdos que tiene de viajes pasados son recuerdos vagos que
se van desfigurando de su memoria o que aunque recordados
perfectamente, no dejan de ser una versión distinta a esa realidad
en ese momento concreto. Es por este motivo que pone en duda que
alguna vez haya tenido lo que él considera como 'aventura' siendo
sus sucesos tan subjetivos que se alejan de la concepción de
'aventura' tal como se entiende en el sentido de una novela de
aventuras. Por estos mismos motivos, se verá obligado a abandonar la
reconstrucción de los hechos históricos del Marqués de Rollebon.
Al final de la novela, una vez ya perdida la esperanza de poder tener
una relación con Anny y de presenciar el 'humanismo pederasta' del
Autodidacta y ya en plena catarsis existencialista, llegará a la
conclusión de que debe escribir un libro, un algo que le trascienda,
como la canción de Jazz que suena gracias a su amiga Madeleine en el
bar del Rendez-vous des Cheminots
donde
se hospeda. “Some of the days you'll miss me honey”, esa es la
letra de la canción que siempre pide que suene en el fonógrafo.
Antoine llega a la conclusión de que debe escribir una libro, pero
no de Historia, porque él cree que la Historia habla de lo que ha
existido y un existente no puede justificar la existencia de otro
existente. No, debe ser una novela de aventuras, algo que esté
más
allá de la existencia, algo irreal. Sólo a través de este acto
podría llegar a recordar su vida sin sensación de repugnancia
cuando mirara al pasado y pensara que todo empezó tal día como hoy,
refiriéndose al momento de la toma de decisión de escribir la
novela. De la misma manera que la canción de Jazz pervive en el
tiempo más allá de sus autores, como en todo el arte en general, él
con su obra podría burlar la existencia siendo un existente que en
algún momento dejaría de existir pero del cual quedaría una parte
de él que sobreviviría.
sábado, 20 de julio de 2013
Havelock y La musa aprende a escribir
LA
MUSA APRENDE A ESCRIBIR
Erick Havelock
En este libro,
Havelock nos explica cuáles fueran las condiciones en las que se
pasó de una cultura oral a una cultural escrita. Tomando como
ejemplo la Historia de Grecia, pues gracias a ella se explica el
desarrollo intelectual de occidente, nos muestra como a través de la
tradición poética y de la memorización mediante técnicas se pudo
conservar y transmitir la cultura y modelos para la sociedad. Al no
haber el medio escrito, la cultura se tenía que transmitir de manera
oral, con lo cual se podían transmitir la tradición del saber que
se encuentran en los textos de Hesíodo y Homero. Precisamente por
este motivo nos comenta Havelock, que Platón dirige sus críticas a
los poetas y a la tradición épica y lírica, pues dicho de manera
vulgar, en ese acto de pegar y copiar, de memorización y transmisión
del saber no podía verse realmente un aprendizaje tal como Platón
lo entendía. Ya en Platón encontramos la escritura y su apuesta por
una 'paideia' de la racionalidad. Justamente en este punto es donde
Havelock parece identificar como aun en los primeros presocráticos o
preplatónicos, donde no hacían uso de la escritura su lenguaje se
encuentra impregnado del estilo de Homero. Por otro lado, ya en
Demócrito, el uso de la escritura parece que ayuda para la
abstracción de los conceptos y la consecución de su teoría
atomista. En el lapso de tres siglos y medio entre Homero y
Aristóteles se pasa de la oralidad a la escritura y eso supuso un
cambio en las formas de conciencia griegas.
CAPÍTULO 2
PRESENTACIÓN DE LA MUSA
Se puede datar que
la Iliada, la Odisea y también la obra de Hesíodo, fue transcrita
alrededor de los siglos VII y VI a. C. ya fuera en pergaminos o en
papiros lo más seguro. Lo que es seguro es que ya en el siglo V a.
C. convivían en la cultura griega la oralidad y la escritura y que
el cambio no fue un cambio espontáneo y nítido, sino que fue un
cambio gradual. Es por eso que Havelock dice que la musa, mientras
iba cantando, estaba aprendiendo a leer y a escribir.
CAPÍTULO 3 EL
DESCUBRIMIENTO MODERNO DE LA ORALIDAD
A partir de 1963
aparecen al mismo tiempo en diferentes lugares del mundo escritores
que de manera directa o indirecta hablan sobre el tema de la oralidad
y la escritura como fenómeno social. Estos autores, Levi-Strauss,
Goody y Watt, McLuhan, Mayr y Havelock, inician una línea de
investigación que antes no se había dado de la misma manera.
McLuhan, por ejemplo, habla sobre el dominio que la imprenta ha
ejercido sobre el saber humano y distingue el fenómeno de la radio
como de un paréntesis que hace de referencia a la oralidad en el
mundo contemporáneo. Además, planteaba la cuestión de si en una
cultura oral y en otra de escrita, podía cambiar la forma de pensar
de las personas. ¿Es posible que las personas en la Grecia en la
época de Homero pensaran de manera diferente a como lo hicieran
cuando la escritura estaba ya establecida o respecto a nosotros?
CAPÍTULO 4 LA
RADIO Y EL REDESCUBRIMIENTO DE LA RETÓRICA
Con el surgimiento
de la radio como medio de comunicación durante la primera Guerra
mundial, de alguna manera se volvía a la comunicación oral, y años
más tarde, en el 38, Havelock nos cuenta como sonaba el discurso por
radio de Hitler después que hubiese conquistado Polonia. En efecto,
tanto Roosevelt como Hitler volvían a ser unos oradores excelentes
como lo fueron en la Grecia de Homero, en la Grecia de los poetas.
Sin embargo, esa vuelta a la oralidad no era lo mismo que cuando se
cantaba la Iliada o la Odisea, puesto que aunque el mensaje por radio
era oral, de alguna manera siempre había algún apoyo en algún
guión o estructura escrita. La radio en sí misma, es sierva de la
escritura.
CAPÍTULO 5
COLISIONES INTERCULTURALES
Un hecho
determinante en la historia de la humanidad fue el descubrimiento de
América y el de sus habitantes nativos y 'primitivos' que carecían
de una comunicación escrita, modernamente entendida, y que
transmitían sus tradiciones de manera oral. Este hecho determinó
que diversos autores, pasando por Rousseau, consideraran el hecho de
la colisión entre culturas con escritura y culturas sin ella. Eso le
hizo preguntarse si de manera análoga podía haber pasado lo mismo
en la época de Homero. A partir de Rousseau y hasta hoy día, en
muchos campos del conocimiento se ha tratado sobre esta temática. No
sólo el descubrimiento de los indígenas de América, sino también
de culturas analfabetas en Rusia en colisión con la alfabetizada.
Todo ello motivo de estudio y abono para la tierra de los que en 1963
serán los autores que investigarán sobre el fenómeno del paso de
la oralidad a la escritura en la Grecia antigua.
CAPÍTULO 6
¿PUEDE HABLAR UN TEXTO?
En este capítulo,
Havelock se plantea la cuestión de si es posible conservar la
esencia de la tradición oral cuando todo el material del que
disponemos es escrito. ¿Puede un medio escrito reproducir fielmente
la esencia de una cultura oral? Explica como los primeros
exploradores de alguna manera, en sus escritos y adaptaciones
escritas ya contaminaban lo que podían conseguir de tribus y
culturas primitivas. Incluso el uso del magnetófono no era ninguna
seguridad si el que lo registraba y seleccionaba lo que debía ser
grabado y el que recitaba decía lo que creía que el otro quería
escuchar. Es una cuestión difícil. Vuelta a Homero, no fue hasta el
siglo XVIII que se descubrió que los poemas homéricos se habían
transmitido originariamente de manera oral pero quedaba la cuestión
de señalar como esa oralidad, lejos de ser menos que el lenguaje
escrito, por el contrario, tenía sus propias reglas y le confería
un estatus de lenguaje igual al escrito. Hasta finales de los años
20, Milman Parry, un estudioso de la Universidad de California, en
Berkley, llegaría a esa conclusión.
CAPÍTULO 7 EL
HABLA ALMACENADA
Una vez establecido
el mérito del lenguaje oral surge la pregunta de cómo pudieron
transmitir tal cantidad de información a través del tiempo. En los
poemas de Homero y Hesíodo se daba una función bifocal; por una
parte la de entretener al oyente y por otra la de transmitir de
generación en generación una serie de pautas, leyes y normas que
debían ser conservadas y aplicadas como forma de vida y costumbre.
Pero crear un lenguaje para este fin a los griegos era una cosa y
otra muy diferente era que llegara hasta nuestros días. En esta
tarea se encargó el alfabeto griego. Si es posible una
representación de la oralidad primaria griega es gracias a la
alfabetización de éstos, pues encontramos textos que se puede decir
de ellos que hablan. La musa pasó de ser cantora para convertirse en
escritora. Si antes los invitaba a escuchar, ahora los invita a leer.
CAPÍTULO 8
TEORÍA GENERAL DE LA ORALIDAD PRIMARIA
Una cosa es el
lenguaje común o espontáneo y otro es el lenguaje fijado. En una
sociedad alfabetizada es cosa sencilla, porque leyes, normas, etc.
quedan fijadas de manera escrita. Pero, ¿que pasa en las sociedades
en que no había alfabetización? ¿Cómo quedaban fijadas esas
normas? Pues persistían mediante una comunicación ritualizada en
que las palabras deben ser memorizadas de cierta manera, mediante
unas estructuras de sonido acústicamente idénticas pero con un
contenido diverso. Convertir el pensamiento en habla rítmica. De
esta manera nació la poesía, como método para el almacenamiento de
la información cultural. A esto había que añadirle el hecho de que
fuera motivo también de entretenimiento y que se lo acompañara de
ritmo, incluyendo música y danza. Los poetas de la oralidad eran
conscientes de su función didáctica. Además, un lenguaje que trata
de la acción es más fácil de recordar que un lenguaje de la
reflexión. La tradición se enseña mediante las acciones de un
personaje en una historia y no mediante ideas o principios. De esta
manera producen más placer al oyente y se quedan mejor fijados en la
mente.
CAPÍTULO 9 LA
TEORÍA ESPECIAL DE LA ORALIDAD GRIEGA
Se conservan
objetos de la Grecia antigua de entre el siglo VIII y VII a. C. que
tenia escritura grabada. Antes de Hesíodo ya había escritura, pero
quizás no mucho antes. Cabe recordar que la oralidad convivió
cierto tiempo con la escritura e incluso los escritos posteriores
mantienen reminiscencias en la forma de la oralidad. Havelock se
pregunta hasta que punto el hecho de que pudiera haber alfabeto
significaba que el uso de la escritura era generalizado, mas cuando
se ha encontrado pruebas de que en el siglo VI había personas que se
dedicaban a memorizar decisiones oficiales y cierta cronología del
pasado como servicio a la sociedad. Según Havelock, el hecho de que
los poemas homéricos se conservaran como tradición oral y más
tarde pasados al alfabeto griego, es debido que en este paso de lo
oral a lo escrito los griegos en todo momento conservaron su propia
identidad griega sin ninguna imposición del exterior. Es posible que
el hecho de que existan objetos con escrituras alfabéticas tan
antiguas no quiera decir que hubiera substituido a la tradición
oral, sino más bien podía ser como unas dedicatorias, como un
simple adorno pero que de este modo no podía suponer un peligro para
toda la tradición oral del momento. Es probable que la enseñanza de
las letras en la escuela primaria no se introdujera en Atenas hasta
el último tercio del siglo V a. C. y está atestiguado por primera
vez por Platón a principios del siglo IV. La teoría especial de la
oralidad griega parece indicar que hubo un largo período de
resistencia al uso del alfabeto después de su invención. Esto ayudó
también a que en el proceso de transcripción no se perdieran
matices de la oralidad en una escritura austera y primeriza cosa que
si ocurrió con el escrito del Génesis del Antiguo Testamento.
CAPÍTULO 10 LA
TEORÍA ESPECIAL DE LA ESCRITURA GRIEGA
Así como hemos
dicho que el paso de la oralidad a la escritura fue un paso que se
produjo lentamente, también hay que hacer notar que era debido a un
cambio a nivel social y psicológico de gran calado. Por un lado, la
oralidad tenía como función la de llevar el mensaje a la gente y
debía de ser un lenguaje que para poder ser almacenado debía usar
una serie de pautas y un lenguaje sencillo para la memorización del
poeta y el entendimiento de los oyentes. La escritura, en cambio,
permitió otro método de almacenaje en que se podían usar otro tipo
de enunciados, lo cual indujo al uso de términos abstractos
desvinculados de acciones del protagonista. Por otro lado, el uso del
alfabeto permitió que desvinculado el acto de memoria del sujeto,
este dedicara ese tiempo en una concepción de la identidad, del yo
individual que no se había dado hasta entonces. Esto permitió toda
una emergente línea de pensamiento desde Sócrates en adelante.
“La
musa había dejado atrás el mundo del discurso y el saber oral.
Había aprendido a escribir en prosa, e incluso a escribir en prosa
filosófica” (Havelock).
CAPÍTULO 11 LAS
TEORÍAS ESPECIALES Y SUS CRÍTICOS
El tema de una
cultura oral en la Grecia antigua no es un tema que parezca muy
aceptado por el 'establishment' clásico pues, según Havelock,
existe cierta asociación entre analfabetismo y una cultura ágrafa,
cuando realmente no es así como lo demuestra la cultura que existió
de los Incas del Perú. Parece difícil reconocer que hasta que no se
estableció la escritura no afloraron conceptos tales como moral,
ley, etc., pues eso lleva a pensar en una cultura griega antigua
desprovista de esa unidad y harmonía de la que siempre se ha hecho
gala. Con todo, podemos concluir que la civilización griega pasó
por un largo recorrido hasta llegar a los textos escritos en alfabeto
griego y que en principio aun estaban influenciados por el lenguaje
de la oralidad. Más tarde, si que se desvinculó de ésta, pero eso
ya fue en época más tardía, en el siglo IV con Platón, dejando
atrás muchos siglos de cultura que no podríamos concluir que
hubiera analfabetismo.
martes, 9 de julio de 2013
Rousseau y El contrato social
JEAN-JACQUES
ROUSSEAU. DEL
CONTRATO SOCIAL
CONTEXTO
HISTÓRICO
Rousseau publica el Contrato
social en 1762 en plena época de la Ilustración, época
histórica y movimiento cultural que se desarrolló desde fines del
s. XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, especialmente en
Francia e Inglaterra y que en algunos países se prolongó hasta
principios del siglo XIX y se caracteriza en que el hombre a través
de la razón se impone sobre la naturaleza a través de los avances
científicos. La racionalidad se impone por encima de otros discursos
como la religión o el arte. La reflexión sobre la libertad y la
dignidad humana contribuirá a cambiar las mentalidades. El siglo
XVIII será conocido como el siglo de las luces porque trajo luz
sobre las tinieblas de la humanidad.
CONTRATO
SOCIAL
Si ha de haber una
administración legítima, ésta es tomando a los hombres tal como
son y las leyes tal como pueden ser y que la justicia y la utilidad
no estén separadas. El hombre nace libre por naturaleza y si es
esclavo está justificado que recobre su libertad o no era
justificado que fuera esclavo. El orden social no viene por
naturaleza sino por convenciones. La primera asociación natural es
la familia y cuando los hijos pueden depender de ellos mismos y
siguen viviendo con sus padres entonces se convierte en una
asociación por convención. La relación de esclavitud no es natural
puesto que los primeros esclavos fueron hechos a la fuerza y los
siguientes por costumbre y consentimiento. Por lo que respecta a la
ley del más fuerte, nunca nadie es el más fuerte para siempre y una
vez desaparece éste ya no hay que obedecer por deber. Por lo tanto,
la fuerza no constituye ningún derecho. Renunciar a la libertad del
hombre es renunciar a los deberes y a los derechos de la cualidad de
hombres. Grocio justifica el derecho de esclavitud de la guerra pero
los hombres no son por naturaleza enemigos sino que viene determinado
por el estado de cosas, no la relación de hombre a hombre sino de
estado a estado y la de sus soldados que los representan. El hacer
esclavo a uno a cambio de su vida no supone el fin de la guerra sino
la continuación de ésta.
Siempre habrá una
diferencia entre someter una multitud y regir una sociedad. Aunque
sea subyugado a una persona, una vez muerto éste queda disperso su
imperio. Aunque un pueblo decida entregarse a un rey será por una
decisión previa suya, la cual es a través de la convención del
sufragio. En el contrato se realiza una asociación que consigue la
seguridad de todos sin cuartar la libertad de cada uno y donde todos
tienen los mismos derechos y obligaciones, produciendo así un cuerpo
moral y colectivo. Sobre el cuerpo político, el pueblo soberano, no
puede haber una ley en la que se de otro soberano o a un particular
porque violaría el acto por el cual existe. Además, el soberano,
por ser lo que es nunca perjudica al individuo y aunque éste pueda
no estar conforme al primero se encuentra obligado por la voluntad
general a obedecer pues sólo dándose a la patria se asegura su
libertad e independencia personal. Rousseau distingue entre el
derecho natural y el derecho por contrato social. Al pactar el hombre
convivir en sociedad pierde lo que tenía de libertad natural y que
podía tomar o ser tomado por la fuerza pero a la vez adquiere por
otro lado la seguridad de la igualdad y el derecho a la propiedad que
será respetado por los otros. Distingue los criterios por los cuales
un hombre adquiere una propiedad si la trabaja y sólo la parte que
necesite para ello y los distingue de las usurpaciones de conquista
como las producidas en Sudamérica cuando la colonización. Cabe
señalar que con el contrato social los hombres dejan de
diferenciarse según su fuerza y habilidad para convertirse en
sujetos iguales delante de la ley y eso asegura también un principio
moral. Rousseau dice que la soberanía es indivisible y que ésta
viene determinada por el interés común y la voluntad general y para
que sea así la soberanía ha de ser de todos y no sólo de uno o de
unos pocos (dictadura u oligarquía). Critica que algunos políticos
no pudiendo separar el principio indivisible de la soberanía,
separan su objeto, distinguiendo entre poder ejecutivo y poder
legislativo, en derechos de impuesto, de justicia, guerra, etc, para
poderlo separar en piezas y desvirtuar la soberanía para luego
volverlo a unir en uno solo. Esto se debe a no haber entendido la
noción de soberanía. Aunque se busca la voluntad general puede
ocurrir que haya asociaciones parciales que hagan que prevalga la
voluntad de particulares y para impedir ésto Rousseau propone que se
multipliquen las asociaciones y así desaparezcan las desigualdades,
pues sólo de la multiplicidad de intereses particulares puede haber
una voluntad general. A pesar del contrato social el individuo no
pierde toda su libertad natural puesto que lo que él debe para con
el interés común, el poder soberano no puede actuar sobre él más
de lo que podría actuar sobre otro y por lo tanto pierde en
independencia natural y de su fuerza, la cual podría ser sobrepasada
por otro u otros, en favor de la fuerza de la unión social. Esta
unión social no interfiere en el ámbito de lo privado de los
particulares siempre que lo privado no interfiera en lo público. El
contrato social no impide que nadie se quite la vida pero si que
busca la conservación de sus miembros aunque en algunos casos se
pueda condenar a alguien a muerte por ser considerado como enemigo
del estado. Por otro lado, el soberano es considerado como el cuerpo,
pero para que este cuerpo se mueva necesita de leyes que sólo serán
creadas por la voluntad general y para el bien común y nunca para el
bien de unos pocos. El legislador es quien debe redactar las leyes,
persona de gran genio, pero no es quien debe tener el poder de
ejecutarlas sino el soberano o el príncipe para garantizar la
imparcialidad. Las leyes no se aprobarán sin el consenso de la
mayoría. En los pueblos hay que saber el momento de poner leyes,
porque o bien son aun inmaduros para imponerlas o bien es demasiado
tarde y la serie de tradiciones y prejuicios lo impiden. Rousseau
también piensa que los estados mejores son los que no son ni
demasiado pequeños ni demasiado grandes y que son más manejables
los que son pequeños porque en los grandes las leyes que valen para
una zona puede no servir para otra zona por diversos motivos de
cultura, clima, etc. Es mejor para un buen estado una buena
constitución que un gran territorio.
El fin de toda legislación
debe ser la libertad y la igualdad. Libertad porque toda dependencia
quita fuerza al estado e igualdad porque ésta no se entiende sin la
primera. En la igualdad el poder debe velar para quedar por encima de
toda violencia y no se ejerza sino en virtud a las leyes. En cuanto a
la riqueza nadie debería ser tan rico como para comprar a otro
hombre ni tan pobre como para venderse a unos mismo. Rousseau admite
que ésto puede sonar a quimera y se tienda al abuso, pero con más
razón la legislación debe mantener la igualdad. Una constitución
sólida y duradera se consigue cuando las relaciones naturales y las
leyes coinciden, sino el Estado no dejará de verse agitado hasta
verse destruido o cambiado. De leyes las hay de cuatro tipos:
fundamentales que son que ordenan el todo de la cosa pública pero
que siempre pueden ser cambiadas por el pueblo; las de relación
entre los miembros o también llamadas leyes civiles para los
ciudadanos; las leyes criminales que son la desobediencia de la
anteriores; y unas cuartas que son los hábitos, costumbres y
opiniones que son las más duraderas. El soberano establece las leyes
(poder legislativo) y el gobierno que hace de intermediario entre el
estado y el soberano, las ejecuta (poder ejecutivo). El gobierno es
el que mantiene la libertad civil y la política. El estado existe
por si mismo, mientras que el gobierno existe por el soberano y es
por eso que la voluntad del gobierno debe ser la voluntad general,
pues de lo contrario se desvanecería la unión social y el cuerpo
político. Rousseau comenta que un gobierno donde hay muchos
magistrados disminuye la fuerza de éste y cuando disminuyen los
magistrados aumenta la fuerza del gobierno pero se cae en el peligro
de que prevalga la voluntad particular del magistrado o de los pocos
de ellos en perjuicio de la voluntad general del soberano. Es por
este motivo que hay que intentar encontrar el equilibrio entre estos
dos extremos. De las distintas formas de gobierno Rousseau distingue
tres principales: la primera es donde hay tantos magistrados como
ciudadanos (democracia); la segunda donde hay más ciudadanos que
magistrados (aristocracia) y la tercera donde hay un solo magistrado
(emperador). De éstos dice que puede variar o mezclarse en función
de las circunstancias y acaba diciendo que para los estados pequeños
es mejor la democracia, para los medianos la aristocracia y para los
grandes la monarquía, aunque siempre según las circunstancias. No
es bueno que quien haga las leyes las ejecute porque se caería en el
peligro de hacer leyes para el interés particular. Rousseau cree que
nunca podrá existir una verdadera democracia porque siempre habrá
una mayoría que gobierne y una minoría gobernada. Además, el
soberano debe vigilar que para que haya igualdad se debe eliminar el
lujo porque envilece a quien lo tiene y a quien no. Rousseau cree que
el mejor gobierno es la aristocracia electiva, elegida entre los
mejores y por méritos que aunque apuesta por la igualdad también
cree que no puede haberla de manera absoluta sino con cierta equidad.
Esta equidad se determina con moderación en los ricos y conformidad
en los pobres. En cuando a la monarquía, el poder legislativo y
ejecutivo recae sobre el rey, haciendo un gobierno con más vigor
pero también puede propiciar unos intereses particulares contrarios
a la voluntad general. Con todo, Rousseau critica la linea de
sucesión porque eso puede llevar a ser gobernados por niños,
monstruos o personas incompetentes. En este caso lo más normal es
que ocurra una de estas cosas. En cualquier caso, no hay gobiernos
simples en sí, sino que siempre son mixtos porque un jefe debe tener
magistrados y un gobierno popular debe tener un jefe. Es preferible
el gobierno simple en sí por ser simple pero hay que vigilar que su
gobierno no sea demasiado débil ni demasiado fuerte, re-unificando
el poder o dispersándolo según el caso. El tipo de gobierno puede
variar según una serie de circunstancias como la extensión del
estado, el clima, la fertilidad del terreno o el tipo de gente que en
ella vive. Todas esas cosas determinan cómo debe ser aunque en
general asocia la democracia con los estados pequeños, aristocracia
con los medianos y monarquía con los grandes como ya se ha dicho más
arriba. Para Rousseau, un signo de buen gobierno será aquel en el
que aumenta y conserva su población y malo aquel en que disminuye o
degenera. Un gobierno tiende a degenerar cuando el príncipe
(gobernante/s) oprime al soberano y rompe el tratado social. Degenera
de dos maneras; una, cuando se restringe el gobierno pasando de
democracia a aristocracia y de ésta a realeza; y dos, cuando el
gobierno se vuelve amo y tirano y se rompe la soberanía que cae en
manos de uno o que los miembros del gobierno usurpan el poder de
manera separada y hay tantos príncipes (gobernantes) como
magistrados lo cual produce un gran desorden y desemboca en la
anarquía. Todo gobierno tarde o temprano debe morir pero también es
cierto que puede durar mucho tiempo si se hace un buen gobierno en
que la política pase por la autoridad soberana. El estado subsiste
gracias al poder legislativo y no por las leyes y en un estado en que
las leyes envejecen y se debilitan es signo de que no hay poder
legislativo real. El soberano debe cada cierto tiempo reunirse para
realizar asambleas, pues no basta con que hayan establecido unas
leyes para el gobierno y los magistrados, sino que además deben
reunirse de manera periódica para revisar todo ésto en asambleas
jurídicas y poder ejercer su poder legislativo. Cuando el soberano
se reúne legítimamente debe cesar la jurisdicción del gobierno
porque donde está el representado no debe haber representante.
Rousseau no cree que deba haber representantes que hagan la función
del soberano pues éste pierde al momento su libertad y se antepone
el interés de otro particular (el primer era el gobierno) antes que
la voluntad general del pueblo. El soberano crea las leyes y el
príncipe (los magistrados) las ejecutan y no sería bueno que el
soberano las hiciera y las ejecutara porque sería presa de la
violencia. Cuando el soberano da al príncipe el poder de ejecutar
las leyes no se subordina a él como en un contrato de desigualdad
sino que es una asociación de igualdad. Es el soberano el que
establece como ley que haya un gobierno que ejecute las leyes
mediante unos encargados que se deciden, no como ley, sino como acto
particular del gobierno pero antes de que éste sea establecido, con
lo cual aquí el soberano se transforma por un momento de legislativo
en ejecutivo y actúa de príncipe o magistrado. Así que el acto que
constituye al gobierno no es un contrato sino una ley y los
gobernantes elegidos no son los dueños del pueblo sino sus
servidores, que pueden ser nombrados o destituidos en cualquier
momento. Cuando el pueblo elige un gobierno hereditario, monárquico
o aristocrático, da una forma temporal a la administración hasta
que decide cambiarla. Hay que vigilar que quien gobierna no intente
impedir el derecho del soberano a reunirse para mantener de manera
ilegítima el poder. La voluntad general, al ser un todo común es
muy difícil engañarla con sutilezas políticas por ser sencilla y
siempre elegirá lo mejor para el bien común excepto cuando los
intereses particulares de los hombres hacen que se fije más en éstos
que en aquel. Para Rousseau, cuando más unanimidad hay en las
asambleas más domina la voluntad general en el estado y cuando menos
unanimidad es porque el estado está en decadencia y dada a los
intereses particulares. Dicho ésto, a la única ley a la que hay que
acordar completa unanimidad es la del pacto social, pues es para el
bien general. Las demás leyes, cuando más generales es mejor que
haya mayor unanimidad y cuando sólo sean asuntos, aunque sea por un
voto de diferencia basta. De la elección del príncipe y los
magistrados en las elecciones Rousseau piensa que son de dos
maneras, por suerte y por elección siendo la primera sólo posible
en una democracia que para Rousseau en sentido puro no existe ninguna
democracia. Por otro lado, el tribunado es una magistratura
intermedia entre el gobierno ejecutivo o príncipe y el legislativo y
soberano para impedir el abuso del primero para con el segundo o
sostener el segundo contra el primero y su función es la de
conservador de las leyes aunque él mismo no tenga ningún poder
porque no forma parte constitutiva de la ciudad. A veces ocurre que
para salvar al estado por circunstancias muy especiales hay que
otorgar todo el poder a una sola figura, dictadura que no suple al
soberano pero lo hace callar. Rousseau cree que si ésto ocurre, la
duración de la dictadura no debe pasar de los seis meses porque sino
se vuelve vana o tiránica.
Si la voluntad general se
hacer por la ley, el juicio público se hace por la censura. Si se
corrigen las opiniones de los hombres y sus costumbres se depurarán
por si mismas. Las opiniones de un pueblo nacen de su constitución y
cuando se debilita la legislación las costumbres degeneran. Así
pues, la censura mantiene las costumbres impidiendo que se corrompan
las opiniones. Por último, sobre la religión, Rousseau piensa que
en toda la historia de la humanidad siempre ésta ha estado asociada
al poder y que los pueblos vencedores imponían su religión a los
vencidos o como los cristianos, que acabaron imponiendo la suya y
donde su jefe visible ha sido un déspota. Distingue tres tipos de
religiones: la interna, teista y espiritual; la cultural o ritual,
que varía según el sitio y una tercera religión, la de los lamas,
los japoneses y cristianismo romano, donde hay dos jefes, dos patrias
y donde se les impide ser a la vez devoto y ciudadano. Políticamente
las tres son malas. La tercera porque rompe con la unidad social. La
segunda porque asocia las leyes al culto y las hace caer en la
superstición, el error y el engaño, donde la religión acaba siendo
un vano ceremonial además de poder llegar a ser sanguinaria e
intolerante. En cuanto a la primera, a la del evangelio, como se
tiene el fin puesto en el otro mundo no realizan las cosas para el
espíritu social sino al contrario y además con profunda
indiferencia sobre el éxito o no. Sin embargo, al soberano no le
importa lo que los súbditos crean en materia de religión en lo que
respecta a lo moral porque el soberano no tiene competencia en lo que
pasa después de la vida del individuo mientras sean buenos
ciudadanos en ésta. Para Rousseau los dogmas de religión deben ser
sencillos, pocos y explicados de manera sencilla como los de la
existencia de la Divinidad todopoderosa, la vida, la felicidad de los
justos, el castigo de los malos, la santidad del contrato social y de
las leyes. Estos son los dogmas positivos y los negativos serían los
que hablan sobre intolerancia religiosa que impiden la convivencia
social. Rousseau cree que no debe haber religión nacional exclusiva
y se deben tolerar las que toleran a las otras y que tengan dogmas
nada contrarios a los deberes del ciudadano.
domingo, 21 de abril de 2013
Guy Debord y Comentarios sobre la sociedad del espectáculo
COMENTARIO DE LA OBRA DE GUY DEBORD COMENTARIOS SOBRE LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO
La intención de este comentario es la de ver algunos rasgos de esta obra de Guy
Debord publicada en 1988, continuación de La sociedad del
espectáculo que apareciera en 1967. Guy Debord fue el fundador
de la Internacional Situacionista en 1957. El movimiento
situacionista fue una vanguardia artística, de investigación
experimental de la vida cotidiana y contribuyó en la teoría y en la
práctica de una nueva contestación revolucionaria. Los
situacionistas participaron activamente en el Mayo francés. La
Internacional Situacionista se disolvió en 1972. Sin querer entrar
demasiado en el aspecto cronológico, de resumen de la historia de la
Internacional Situacionista, nuestro propósito es el de incidir en
algunos aspectos de esta obra e intentar profundizar en ella desde un
punto de vista personal. En La sociedad del espectáculo se
mostraba como el espectáculo moderno era el dominio autocrático de
la economía mercantil, que había alcanzado un status de soberanía
irresponsable y el conjunto de las nuevas técnicas de gobierno que
acompañan ese dominio. En 1988 y según Debord el espectáculo es
indudablemente más poderoso de lo que era antes. Esto es debido a
los mass media, o más exactamente a un exceso de ellos. En 1967
Debord distinguía dos formas del poder espectacular, la concentrada
y la difusa. La primera típica de los totalitarismos nazi y
estalinistas y la segunda típica de la americanización donde se era
libre de escoger entre una gran variedad de mercancías. Estas dos
formas, sucesivas y rivales, han devenido en una tercera, la
combinación de las dos anteriores, lo espectacular integrado. Esta
tercera forma es importante en la comprensión de la sociedad del
espectáculo en 1988, pues si en la espectacular concentrada se le
escapaba la mayor parte de la sociedad y en la difusa una parte muy
pequeña, ésta en cambio, abarca a todos y no se le escapa nada. Una
vez distinguidas estas apreciaciones vamos a incidir en algunos
puntos concretos. En el capítulo V Debord dice: “La sociedad
modernizada hasta llegar al estadio de lo espectacular integrado se
caracteriza por el efecto combinado de cinco rasgos principales: la
innovación tecnológica incesante; la fusión de la economía y el
Estado; el secreto generalizado; la falsedad sin respuesta; un
presente perpetuo”.
Este fragmento resulta
interesante, pues aunque han pasado veinte años desde su edición,
no por eso ha perdido fuerza. Qué decir de la innovación
tecnológica incesante? Actualmente vivimos en un momento donde la
tecnología es omnipresente en todos los ámbitos de la sociedad, no
sólo para un sector concreto y generacional, sino a todos los
niveles. Vivimos rodeados de pantallas. Somos espectadores llevados
al paroxismo. Desde que a mediados de los noventa apareció el
fenómeno de Internet, hemos ido avanzando hacia una sociedad
digital, el homos digitalis. Veinte años después resulta aun
más pertinente la visión de Debord. Vivimos pendientes de
pantallazas incesantes, dispositivos digitales como los MP3, PDA,
ORDENADORES PORTÁTILES, TELÉFONOS MÓVILES, etc. Siempre
accesibles, todo lo podemos realizar mediante un click, y lo
obtenemos al momento. Respecto al presente perpetuo, Debord cree que
el dominio de la historia era lo memorable, la totalidad de los
acontecimientos cuyas consecuencias se harían sentir durante largo
tiempo. La sociedad del espectáculo, sin embargo, ha colocado fuera
de la ley a la historia, la ha relegado al olvido y el espíritu
histórico de la sociedad. Este movimiento no es gratuito, y otros
autores como Levinas y Patocka hablan sobre el tema de la memoria y
del movimiento de la sociedad de progreso de ver la historia como un
continum, o como Debord mismo dice en el capítulo VII: “Con
la destrucción de la historia, incluso el acontecimiento
contemporáneo se pierde inmediatamente en una lejanía fabulosa,
entre relatos imposibles de verificar, estadísticas incontrolables,
explicaciones inverosímiles y argumentos insostenibles”.
Otro aspecto de la sociedad del
espectáculo es el del secreto generalizado y la falsedad sin
respuesta, ambos complementarios. Debord comenta en su obra como el
gobierno no sólo es hábil en ocultar la historia sino que también
lo es en ocultar o no dar toda la información sobre acciones pasadas
y presentes, ya sea por motivos políticos, económicos o ambos. Un
ejemplo de esto es cuando en el capítulo XIV nos dice como la
ciencia se halla sometida a intereses económicos, y no es la misma
ciencia que descubrió una cura a la lepra y la viruela que la
ciencia que promovieron la radiación nuclear y la química
agroalimentaria. Según Debord, la medicina actual no puede defender
la salud de la población, pues eso significaría oponerse al Estado
y a la misma industria farmacéutica. Como opinión personal, y esto
ya no son palabras de Debord, intuitivamente y sin ser especialista
en medicina o farmacología, podemos observar como actualmente esto
se puede observar en el hecho de que un mismo medicamento existe pero
en distintos ejemplares, dependiendo del laboratorio que lo realiza.
Se demuestra que hay una fuerte relación entre economía y salud.
Por otro lado, qué decir, y solo especulativamente, de un posible
medicamento que curara de forma inmediata enfermedades como el
cáncer, el sida, etc.? Pues que no resultaría económicamente
rentable frente a los largos tratamientos de tantos otros
medicamentos, que aunque no puedan curar, si que mitigan el dolor. De
todas maneras, esto es sólo una especulación, aunque si que
coherentemente posible.
En el capítulo XVI Debord habla
sobre el concepto de desinformación. El autor cree que éste es
empleado abiertamente por algún poder o por gente de algún
fragmento de la autoridad económica o política. La desinformación
no es sólo la negación de un hecho que conviene a las autoridades,
sino que debe contener una cierta parte de verdad, deliberadamente
manipulada por un hábil enemigo. La desinformación es por lo tanto,
el mal uso de la verdad. La práctica de la desinformación es
ejercida por el Estado. Debord cree que la desinformación reside de
hecho en toda la información existente y que es su característica
principal, “Allí donde se nombra la desinformación, no
existe;allí donde existe, no se la nombra”. Otro aspecto del
secreto generalizado y la falsedad sin respuesta es el que se produce
en nuestra sociedad en la cual Debord, en el capítulo XVIII, dice
que ésta está fundada sobre el secreto. Alude a ejemplos concretos
de empresas tapaderas y a secretos militares. No hace falta pensar
mucho para darnos cuenta que en este aspecto, el texto, aunque con
una veintena de años de diferencia hasta el dia de hoy sigue
manteniendo toda su vigencia. Esto es debido a que cualquier persona
con un mínimo de inteligencia puede ver en las noticias o en los
periódicos sucesos que dan información, no tanto por lo que se dice
sino por lo que se calla. Secretos revelados cincuenta años después
al gran público, como por ejemplo, el de España como lugar de
escondite de altos cargos del ejército nazi, después de la derrota
de éstos en la II Guerra Mundial. Pero este es solo un ejemplo de
una larga lista. En este mismo capítulo, Debord comenta el hecho de
que cada vez hay más hombres para actuar en secreto, adiestrados
para tal fin.
“Las nuevas condiciones de
la sociedad de lo espectacular integrado forzaron a su crítica a
permanecer realmente en la clandestinidad, y no porque ella se
esconda sino porque la esconde la pesada escenificación del
pensamiento recreativo…”
En este fragmento es donde
podemos ver donde todo empieza a encajar, según nuestra humilde
opinión. Debord hace referencia a ejemplos concretos de combatir a
terroristas mediante terrorismo como los SAS ingleses a irlandeses o
como el GAL a los vascos, pero podemos actualizar la lista añadiendo
ejemplos como el de Guantánamo. Precisamente este poder actualizar
la lista es un indicativo de la vigencia de las tesis de Debord. El
hecho de que creamos que todo empieza a encajar es debido a que si
unimos la pérdida de sentido histórico, la sociedad recreándose en
sus pantallas, la desinformación, el interés económico entrelazado
en los diversos aspectos de la sociedad, como el de la salud, y este
actuar de manera secreta por fuerzas del Estado pero a escondidas del
conocimiento de la sociedad, son solo algunos indicativos de la
sociedad del espectáculo que Guy Debord advierte en esta obra de
1988, pero que insistimos que continua siendo de igual o más
vigencia veinte años después. Para finalizar, Debord cree que hubo
un cambio radical a partir de 1968, del Mayo revolucionario. Desde
entonces hasta ahora cree que actualmente se dan miles de complots a
favor del orden establecido, redes secretas, operaciones secretas y
su integración dentro de la economía, la política y la cultura.
Esta no es sino la consecuencia de lo arriba mencionado y acierto de
nuestra apuesta sobre el encajar de las cosas.
La intención de este trabajo no
ha sido la de resumir toda la obra Comentarios sobre la sociedad
del espectáculo sino en el de incidir en ciertos aspectos
relevantes, aunque seguro que no todos, e intentar extrapolarlos
hasta el presente, en un experimento el resultado del cual ha sido
positivo. No tan solo ha sido posible la extrapolación sino que
además a mi parecer se han ampliado las consecuencias y las
condiciones de posibilidad. Todo esto nos lleva a pensar que seguimos
siendo los grandes espectadores de la sociedad, la sociedad del
espectáculo.
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