jueves, 29 de marzo de 2012

MAQUIAVELO Y MORO: DOS VISIONES Y UN MISMO MUNDO

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-->INTRODUCCIÓN

La intención de este trabajo es la de exponer algunos pensamientos de ambos autores, Nicolás Maquiavelo y Tomás Moro, y confrontarlos entre ellos para poder hallar las diferencias y similitudes que en el primero con El príncipe y con el segundo con Utopía se encuentran. A primera vista, podríamos decir que la diferencia es clara, pues Maquiavelo parte desde una posición realista, desde un 'topos' sobre el que trabajar y Moro parte desde una idealización, desde un 'utopos'. Pero vale la pena de prestarle un poco más de atención. Cuando decimos que estos autores tienen cada uno una visión queremos decir que se sirven de distintos criterios. Cuando decimos, por otra parte, que tienen un mismo mundo queremos decir que tienen uno y el mismo fin, que es el de la perfecta ordenación de la sociedad y la felicidad de ésta. Tomás Moro o Santo Tomás Moro escribió Utopía en 1516 y Maquiavelo escribió El príncipe en 1531, de lo cual podemos deducir que el segundo tuvo noticia de la obra del primero y mas cuando en el capítulo XV Maquiavelo escribe “Muchos han imaginado repúblicas y principados que nunca vieron ni existieron en realidad”. Principalmente escribe ésto en referencia clara a La República de Platón, aunque no cabe descartar que también lo hiciera en referencia a la obra de Tomás Moro.

CONTEXTO HISTÓRICO DE LOS DOS AUTORES

Con Moro nos encontramos, en la fecha de la publicación de su obra Utopía, donde Carlos I de España reinó junto a Juana I de Castella el reinado de Aragón, Navarra, Nápoles y Sicilia. También cuando Erasmo de Rotterdam realiza una nueva traducción al latín del Nuevo Testamento. Precisamente Erasmo fué una de las grandes amistades de Tomás Moro. También es un año en el que en Agosto muere el pintor holandés conocido como El Bosco.
En el 1531, fecha en que aparece El Príncipe, Enrique VIII de Inglaterra se proclama cabeza de la iglesia inglesa, contra lo cual Tomás Moro no estará de acuerdo y motivo por el cual será decapitado, por seguir fiel al Papa. Es el año en que Pizarro comienza la conquista del Perú y año de la aparición del cometa Halley o descubrimiento de él.

LA ISLA DE UTOPÍA Y EL REINADO DEL PRÍNCIPE

Empezamos con la diferencias y similitudes y empiezan a la vez en las dos obras dándonos una descripción por una parte de la descripción física de la isla de Utopía y por la otra de las formas de gobierno. Para Moro, el gobierno es el de una república. Es curioso comprobar la descripción que Moro hace de la isla, donde se nos dice los quilómetros de ésta, por donde se estrecha, etc, pero a la vez asistimos a la analogía en que hace de la isla con la Luna nueva. Partamos de la descripción de Luna nueva, “Luna nueva, también denominada "novilunio" o "interlunio", es una fase lunar que sucede cuando nuestro satélite se encuentra situado exactamente entre la Tierra y el Sol, de manera que su hemisferio iluminado no puede ser visto desde nuestro planeta. En ese momento su ángulo de fase o elongación es 0º y su iluminación por tanto es de 00.00”. En el aspecto físico ya podemos ver como la isla de Utopía, que en griego es isla de no lugar, vemos como en la analogía que se hace con la Luna ya se nos dice que es una isla que no existe, o que no puede ser vista, aunque también debe ser entendida como algo a lo que tender, algo que no está porque está por realizar, un 'thelos'.
Para Maquiavelo el gobierno pasa por dos tipos, el de una república y el de principado, que para este último los divide en diferentes tipos. En la descripción de Utopía se nos dice que hay muchos escollos ocultos lo cual resulta práctico como medio de defensa para naves extranjeras que quisieran entrar furtivamente y sin la ayuda de uno de la isla.
En concordancia con esta descripción encontramos una semenjanza, en este caso, con lo que Maquiavelo nos dice en el capítulo XIV sobre las obligaciones del principe en el arte de la guerra y en el que nos habla sobre las ventajas de conocer el terreno del principado en caso de guerra, “...aprende a conocer el propio país, y puede entender mejor su defensa...”. Así pues, tanto Moro como Maquiavelo le dan mucha importancia al hecho de conocer y hacer uso de esos conocimientos de la extensión geográfica.
Siguiendo con la descripción de la isla, moro nos dice las diferentes ciudades y como ellas están construidas bajo un mismo modelo en lo que respecta a las leyes y a un idioma en común. De la misma manera en el capítulo III de El Príncipe Maquiavelo nos habla sobre los principados mixtos, los que no son principados nuevos en todo sino que se unen al del príncipe, nos dice que si son de la misma provincia y hablan una misma lengua es siempre mejor que si son en otra provincia y la lengua es diferente, con lo cual nacen grandes dificultades y es necesario tener mucha suerte y habilidad para retenerlas.
Es este caso observamos como en la isla de Utopía se nos habla de una distribución equitativa de las ciudades y de las casas, y como toda la isla forma un todo homogeneo y unido, tanto en el aspecto cultural como en el administrativo, “Hay en la isla cincuenta y cuatro ciudades, las cuales tienen en común el idioma, las instituciones y las leyes,... ...La distancia media entre ellas es, de unos veinte kilómetros, u ninguna está tan apartada de la más próxima, que en una jornada un peatón no puede desplazarse de una a otra”.

SOBRE LAS CIUDADES

Sobre las ciudades, y en especial de Amrouto, la capital de Utopía que son todas semejantes las unas de la otras y como las casas y las calles siguen un entramado cuadricular y distribuidas también de manera igual. Sobre la ciudad, Moro nos dice como ésta se encuentra amurallada con muros altos y recios, con muchas torres y parapetos. Hay en ella un foso que la rodea menos en la parte que la muralla está junto al rio. Sobre este tema también nos comenta Maquiavelo en el capítulo XX sobre si las fortalezas son útiles o no, nos dice que en general las divisiones no hacen ningún bien, “...cuando el enemigo se acerca, que las ciudades divididas se pierdan en seguida; porque la parte más debil se unirá siempre a las fuerzas exteriores, y la otra no podrá regir”.
No obstante no estamos diciendo que una o otra sea mejor, sólo estamos exponiendo las diferencias, pues como se verá en el caso de Utopía, sería absurdo y contrario a sus leyes y costumbres seguir los principios de Maquiavelo y en el caso contrario sería una inconsciencia en el contexto de la Italia de Maquiavelo seguir los principios de Utopía, además que una empresa casi imposible de realizar en ese contexto preciso.

SOBRE LA FIGURA DEL PRINCIPE Y SU SÉQUITO

Quizás sea en este apartado donde vayamos a ver más diferencias entre el príncipe de Maquiavelo y el príncipe en Moro. Para empezar decir que al igual que la distribución de las ciudades, de las calles y de las casas en Utopía, la autoridad en esta isla es escogida de la misma manera, es decir, son elegidos magistrados y príncipe de manera popular, “Todos los años cada grupo de treinta familias eligen un Magistrado, que en su idioma antiguo llamaban Sifogranto... ...Cada diez de esto Sifograntos, de acuerdo con las familias, eligen otro Magistrado superior... ...Finalmente, todos los Sifograntos hacen juramento de que elegirán por Príncipe... ...a uno de los cuatro propuestos por mayoría de votos por el pueblo”. En este capítulos sobre los magistrados es claro como vemos que la distribución de los cargos públicos se realiza de manera popular. Pero esto no pasa con el príncipe de Maquiavelo. En El Príncipe se nos describe a través de ejemplos históricos los diferentes tipos de principados, los unos hereditarios, los otros con nuevos prícipies que lo hayan conquistado, y de resultas de eso encontramos consejos que el autor facilita para todo aquel que quiera gobernar como un buen príncipe y de las acciones y decisiones que debe tomar, aunque éstas no siempre redunde en el beneficio de todos. De lo dicho anteriormente tenemos en el capítulo II lo siguiente, “...que en los estados hereditarios y ligados a la sangre del príncipe son menores las dificultades que surgen para su conservación que en los nuevos, ya que basta tan sólo no pretender cambiar las órdenes de los antepasados...”. Vemos aquí, comparado con la manera de procedes en Utopía diferencias sustanciales. Maquiavelo habla, además, de otros diversos tipos de principados, aunque el ejemplo expuesto ha serido bien para hacer la comparación entre los ds autores. Más adelante, en el mismo capítulo sobre los magistrados en Moro, nos dice, “Se considera como un delito el tratar ningún negocio público fuera del Senado y de sus Juntas señaladas. Esto se hace con miras a que el pueblo no se traicionado y oprimido por la violencia y las asechanzas del Príncipe y de los Traniboros”. Aquí de nuevo las diferencias entre los dos autores son abismales. Tanto es así que Maquivelo en su capítulo XV dice, “Muchos han imaginados repúblicas y principados que nunca vieron ni existieron en realidad”. Aquí, como ya habíamos comentado más arriba se trata de una diferenciación que Maquivelo hace respecto de otros autores de carácter idealista e irreal. Según su juicio, estos tales están condenados a acabar muy mal. Para Maquivelo, el príncipe debe destacar por sus cualidades y virtudes, pero a la vez debe evitar de ser odiado por sus vicios, “Y yo sé que todos confesarán que sería cosa muy loable que en un príncipe se encontraran todas las cualidades mencionadas, las que son tenidas por buenas: pero como no puede tenerlas todas... ...que sepa evitar la infamia de los vicios que le harían perder el Estado...”.Este fragmento no necesita mas explicación, pero es interesante compararlo con otro fragmento de Utopía sobre el trabajo, “...sucede muchas veces que, un trabajador manual que aprovechó sus horas libres para el estudio, le sacan de su trabajo para que se aplique solamente a estudiar”,”De los estudiosos proceden los Embajadores, los Magistrados y el mismo Príncipe...”. En este fragmento sobre la duración del trabajo nos damos cuenta como aparte de la ordenación ideal del trabajo y del tiempo libre, vemos como la elección de los altos cargos, la cual es popular, se hace en base a unas virtudes y conocimientos de la persona en cuestión. Este hecho produce que no haya una diferenciación de clases entre los habitantes de Utopía, puesto que todos tienen el derecho y la obligación de aprovechar su tiempo libre de la mejor manera posible, que es estudiando cosas de provecho para él y para la República. Por lo tanto vemos dos figuras muy diferentes de Príncipe, el uno, impuesto de manera autoritaria o por herencia de linaje, el cual debe tener presente una serie de virtudes, pero al mismo tiempo debe ser prudente a la hora de no dar a conocer sus errores y sus vicios.
Por el otro lado, tenemos a un príncipe, elegido por votación popular, conocido por todos y formado con una base de estudios que le capacitan sobremanera para la dirección de la República. Y aun mas que los estudios, es un cúmulo de virtudes, adquiridas mediante el trabajo y el estudio. Si tuvieramos que asociar a cada uno de estos príncipes con formas de gobierno actuales, sin duda, aunque salvando las distancias, en Maquiavelo sería la Dictadura y en Moro sería la Democracia de sufragio universal, pues en la República de Utopía el trabajo, los estudios, los derechos y las obligaciones son de modo igual tanto para hombres como para mujeres. Moro critica, sobre este tema, a los paises en que ponen a trabajar a sus muejere mientras los hombres andan ocupados en otros menesteres como son los nobles, los caballeros, los sacerdotes y los mendigos.

SOBRE LA ECONOMÍA

En realción a la distribución del trabajado, repartidas en 6 horas a lo largo del dia, con una pausa a las 3 horas para comer y dedicarse al tiempo libre y el hecho de todos por igual se dediquen a todo ello Moro nos comenta y en critica directa con lo escrito más arribar, “Si los pocos que trabajan se aplicaran todos en los menesteres necesarios a la vida humana, sin duda bajarían los precios de las cosas, de manera que la vida resultaría mucho más fácil”. Y es que la base del funcionamiento de Utopía no es en una vida dedicada a la riqueza y a la economía, sino al bienestar de los ciudadanos, los cuales entre otras cosas, no dan importancia a los vestidos de telas vistosas sino mas bien a vestidos sencillos. Tampoco dan importancia al oro o a las piedras preciosas, entendiendo que ésto es la base de las discordias, y establecen de esta manera una sociedad igualitaria en la que a nadie le falta de nada de lo que es necesario para vivir. Aquí podemos ver una cierta reminiscencia de Moro respecto de la filosofía estoica. Al no haber clases preferentes, al no haber un mercado de economía basado en el dinero, se eliminan las posibilidades de disputas, rapiñas y asesinatos. De diferente manera, Maquiavelo nos describe otro paisaje muy diferente a éste en el capítulo XVII, “Porque los hombres en general se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores y disimulados, que huyen de los peligros y estám ansiosos de ganacias...”. Y sobre el príncipe nos dice en su favor lo siguiente, “...el príncipe... ...puede muy bien conseguir al mismo tiempo ser temido y no odiado; esto lo conseguirá siempre, si se abstiene de robar la hacienda de sus ciudadanos y súbditos, y de robar sus mujeres...”. Vemos de manera clara las premisas de ambos príncipes. Hay que aclarar sin embargo, que Moro se mueve con una ventaja respecto del gobierno que propone maquiavelo, y es que la isla de Utopía es éso, una isla, la cual nos la define como una autarquia, como un espacio en el que tienen de todo lo necesario. Tambien es cierto que lo necesario en esa isla son las cosas indispensables para vivir sin ningún tipo de extravagancia. Aun así, el hecho de que sea una isla ya da cierta ventaja a la hora de defenderla, pues como hemos dicho más arriba, si no se conoce, es facil que barcos que quisieran entrar en sus costas chocasen contra las rocas y se hundiesen. En este escenario de autosuficiencia y proteccion natural de Moro, es más fácil que el Príncipe pueda gobernar con comodidad. Sin embargo, como veremos mas adelante, tambien ellos se tienen que defender de fuerzas enemigas, de otras islas.

SOBRE LA MILICIA
Continuando de lo dicho en el apartado anterior, y para ir finalizando este trabajo, queda por decir las diferencias en cuanto a la ordenación de lo Maquiavelo el arte de la guerra se debe ejercitar como el pan de cada dia y para Moro, aunque se ejerciten para ello, no es la preocupación principal del Príncipe, “A pesar de ello, de ordinario se ejercitan en la disciplina militar en dias y lugares señalados para este objeto, no sólo los hombres, sino también las mujeres, para que si se presenta la necesidad no les halle sin preparación”.
En este fragmento leemos como el ejercicio militar supone más un pesar que no una actividad a la que se tienda como parte integrante de la sociedad. Vemos también como las mujeres, al igual que en todo lo demás, toman parte en la batalla, cosa impensable para Maquiavelo. En concordancia con ésto, Moro dice, “Abominan en gran manera la guerra como cosa bestial... ...y al revés de lo que ocurre en todas partes, nada tienen por tan infame como la gloria adquirida por las guerras”. Punto importante para entender la diferencia entre Moro y Maquivelo. Estos fragmentos sobre la milicia en Utopía contrastan directamente con lo que Maquiavelo nos dice en el capítulo XIV sobre las obligaciones del príncipe en lo que concierne al arte de la guerra, “Un príncipe, pues, no debe tener otro objeto ni otro pensamiento, ni cultivar otro arte más que la guerra, el orden y la disciplina de los ejercitos, porque éste es el único arte que se espera ver ejercido por el que manda”. Durísimo fragmento en el que se ve clara la intención del autor sobre la función del príncipe. Bien es cierto que Maquiavelo fundamenta todos sus argumentos con hechos históricos, mientras que Moro solo basa sus afirmaciones en suposiciones idealistas. En la isla de Utopía, por otra parte, usan de ardides para vencer en la guerra, como el hecho de extender carteles en el pais contrario ofreciendo una gran suma de valor por la cabeza del príncipe y sus consejeros, incitando a la desconfianza entre los de allí. También ofrecen recompensa a todos los que se pasen a su bando. Es como último término, cuando no le queda mas remedio, el luchar en la guerra, aun eso si, cuando lo hacen, lo hacen tan valerosamente como el que más. Pero antes de ésto, usan de mercenarios, “De esta manera pueden pagar soldados mercenarios, procedentes de todas partes, principalmente de Zapoletas... ...Son gente hercúlea, rústica y feroz... ...vivendo además de esto de la caza y del robo...”. Vemos como en Utopía no tienen ningún reparo en hacer servir cualquier estratagema para no tener que entrar en combate, no por cabardía, sino porque repudian el uso de la brutalidad, pues lo asocian con las bestias. Es fácil que puedan comprar a todos los mercenarios que necesiten, pues de todo el oro y piedras preciosas que tienen en su isla y del botín adquirido en las victorias, los de Utopía no se quedan nada, quizás solo una pequeña parte para poder financiar posibles compras en futuras confrontaciones, “Así, aquellos dineros que adquieren con su sangre les son de muy poco provecho... ...Estos guerreros acuden ávidamente a Utopía... ...ya que les dan mejor paga que en parte alguna”.
Por otra parte Maquiavelo, en el capítulo XII sobre las diferentes especies de tropas, y de los soldados mercenarios nos comenta, “Las mercenarias y las tropas auxiliares son inútiles y peligrosas. Si un príncipe apoya su Estado con tropas mercenarias, nunca se hallará seguro, por cuanto esas tropas, desunidas y ambiciosas, indiciplinada e infieles... ...en la paz el príncipe es despojado por ellos, y en la guerra por los enemigos”.
Sobre ésto, Maquiavelo vuelve soportar sus afirmaciones con ejemplos históricos y actuales de su época.

CONCLUSIÓN

Vemos por tanto, como nos encontramos antes dos perspectivas de vida, de sociedad, de gobierno. Maquiavelo se fundamenta en el presupuesto de la maldad del hombre y Moro se fundamenta en el presupuesto de la bondad de ellos. Para el primero el gobierno parte, primeramente de la decisión del príncipe, aunque sea con ayuda de los mejores consejeros, mientras que el gobierno de Utopía parte de todos sus ciudadanos y consejeros aunque la última decisión la tenga el príncipe. En el gobierno del primero se parte de la base de las diferencias sociales y económicas, mientras que para el segundo no hay una diferencia real, sino una igualdad en todos los aspectos de la sociedad, sexo, economía, cultura, etc. Por tanto, la conclusión que podemos extraer de todo ésto es que, en mi humilde opinión, cada uno de estos gobiernos están situados en un extremo respecto del otro. Cada uno de ellos están ubicados en un contexto que determina las propuestas y decisiones que se toman. Si bien la isla de Utopía realmente no existe, esto no quiere decir que tampoco pueda existir unas propuestas que tiendan a un gobierno basado en la igualdad de todos sus ciudadanos. Hay que entender la propuesta de Moro como un fín al que las personas deben prestar atención, como un catálogo de máximas al que atender. Sin embargo, un gobierno así podría llegar a ser odiosamente angelical, en la medida en que tienes la obligación de ser libre y virtuoso. Por otro lado, tampoco hay que confundir el pensamiento de Maquiavelo con el significado del adjetivo maquiavélico. No se trata sobre que el fin justifica los medios, sino que en circunstancias especiales, donde la política no se puede aplicar, es preciso realizar acciones especiales para que el desorden vuelva a su cauce. Ni tan buenos ni tan malos, quizás el equilibrio sería el término medio entre estos dos. Sin embargo, ¿cúales son los criterios que determinan ese término medio?

2 comentarios:

  1. hubieras mostrado mas donde iniciaban las diferencias y las similitudes de los pensamientos

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    1. Exacto leí todo y no encontré mucho sobre las similitudes y diferencias .

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