miércoles, 18 de septiembre de 2013

Oscar Wilde. La decadencia de la mentira




















Oscar Wilde en La decadencia de la mentira hace una crítica sobre el arte entendido como imagen de la realidad, como fotografía y consecuencia de lo cotidiano. A través de dos personajes, Cyril y Vivian veremos esta crítica. Cyril está a favor de que el arte es el reflejo de la sociedad, de la vida y de nuestro tiempo. Vivian en cambio, piensa que la naturaleza y la vida copian al Arte y que éste sí es auténtico. El arte no es copia de nada sino de si mismo. A través de Vivian Wilde denuncia como la cotidianidad se ha apoderado de las diversas formas de arte y de cómo se ha de volver a la ficción, al mito y al engaño para recuperar la esencia del arte. Lo que Platón denuncia sobre las fábulas en el libro II de La República es lo que Wilde reivindica. Por lo tanto el arte no puede ser imagen de la realidad sino todo lo contrario, como generadora de realidad. “El arte se desenvuelve únicamente sobre sus propias trazas”. El arte debe partir de él mismo, del artista a partir de cómo entiende él la realidad. “Ningún gran artista ve jamás las cosas como son”. Es desde ese momento en el que nosotros debemos realizar un trabajo de descodificación para entenderlo y llevarlo a nuestra realidad particular y comprensión. Además de todo esto, no es que el Arte no copie a la vida y la naturaleza sino que de algún modo es ésta la que copia al Arte. Un ejemplo de esto es cuando a través de alguna historia de ficción ha generado personas que recreaban esa ficción como por ejemplo de asaltador de caminos. Es en ese momento en cuanto la realidad copia al arte. Porque la naturaleza es tal como es pero sólo a través del artista que ve las cosas a través de su estilo como si de un filtro se tratara y después es la realidad la que se adecua al arte o visión del artista. “Es el estilo lo que nos hace creer en las cosas; nada más que el estilo”. Hubo un tiempo en que el Arte partía del engaño, del mito, de la exageración y de la fantasía. Después se le fueron introduciendo elementos de realismo que por si solos daban riqueza a la obra. El problema vino después cuando el realismo expulsó a la ficción del Arte y la concepción del arte pasó a convertirse en caracterización de la cotidianidad. Por tanto, el Realismo como movimiento artístico es un completo fracaso porque no consigue reflejar a la Vida y la Naturaleza sino que termina en un estilo carente de imaginación, aburrido y decadente. El único modo de generar Arte es pasar por la convenciones del artista. “En el momento en que el Arte abdica de su medio imaginativo abdica de todo”. Llegamos a la conclusión de una nueva estética que pasa por volver a la ficción, al arte como medio independiente de la realidad y generadora de realidad. Por lo tanto, esta nueva estética que define Wilde se puede resumir en tres puntos: primero, que el Arte no es reflejo de su época sino de si mismo y en algunos casos incluso de oposición a ella; segundo, el arte malo como el Realismo proviene de convertir a la Vida y la Naturaleza en ideales y quitar de ellos todo rastro de imaginación; tercero y último, que la Vida imita al Arte más que no al contrario y los efectos que podemos ver en la Naturaleza los hemos visto antes en la poesía y en la pintura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario